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México

La fiebre del aguacate deja sin agua a 20 comunidades purépechas

Por: Ernesto Martínez Elorriaga / La Jornada

Morelia, Mich., 24 de marzo. Por lo menos 20 comunidades purépechas carecen de agua potable y muchas otras están a punto de agotar sus recursos hídricos, principalmente por la tala clandestina (que ha acabado con casi 60 por ciento de los bosques de Michoacán en 20 años) y cambios de uso de suelo, sobre todo para cultivar aguacate.

Poblaciones del municipio serrano de Los Reyes, entre ellas Santa Rosa, San Isidro, San Marcos, San Benito y San Luis, tienen serios problemas para abastecerse de agua; por eso en temporada de lluvias la almacenan en aljibes y tinacos, o la acarrean con burros desde localidades vecinas, e incluso la compran a particulares que la distribuyen en carretas, señaló Gilberto Diego, autoridad comunal de Santa Rosa.

En San Isidro había un pozo rústico que abastecía a ese poblado y a sitios vecinos de agua terrosa, pero ya se agotó. El problema más grave en la meseta es que en partes altas de la sierra se capta mucha agua de lluvia, pero corre hacia partes más bajas, entre ellas los municipios de Uruapan y Chilchota, afirmó el dirigente del Consejo Supremo Indígena de Michoacán, Pável Guzmán.

A pesar de que la situación es crítica, pequeños propietarios aún saquean bosques y nadie los frena. Desde hace décadas, muchas familias de esta región vendieron sus recursos forestales y otras que conservan pinos son víctimas de grupos criminales que saquean madera, destacó el dirigente purépecha.

Expuso que los municipios de Paracho, Charapan, Tzintzuntzan, Tingambato y Nahuatzen, entre otros, comienzan a sufrir escasez de agua, y casi todas las comunidades purépechas han perdido más de 60 por ciento de sus recursos forestales, que ayudan a preservar las fuentes de agua.

Estamos conscientes de que derribamos el bosque

María Méndez, habitante de la comunidad de Zacán, municipio de Los Reyes, comentó que desde hace años su familia tiene una huerta de aguacate, como casi todas las familias del poblado, “pero estamos conscientes de que derribamos el bosque. Había unos pinos de más de 100 años, y toda la región está igual. Mi padre dijo que no falta mucho para que nos quedemos sin agua”.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 16 mil 710 viviendas michoacanas habitadas por indígenas no tienen drenaje, y 4 mil 230 carecen de agua potable. Por eso “exigimos a los gobiernos federal y estatal que garanticen el derecho humano al agua en las comunidades indígenas de Michoacán, muchas de las cuales continúan marginadas y olvidadas”, destacó Pável Guzmán.

Agregó que cultivar frutos rojos (fresa, arándano, frambuesa y zarzamora) y aguacate requiere de mucha agua, por lo cual los productores recurren a tomas ilegales de manantiales y han construido ollas, pero contaminan el agua.

Guzmán aseguró que en zonas purépechas y en la región otomí, en el oriente de Michoacán, se hace mal uso del agua. Un caso es el de San Matías El Grande, municipio de Hidalgo, donde “hay más de 100 personas, niños y adultos, que requieren diálisis y hemodiálisis por el agua que consumen”.

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