Opinión

Análisis a Fondo: Tiempos aquellos de Don Antonio

Por: Francisco Gómez Maza

La actividad productiva, el llamado Producto, se resiste a morir, a pesar de la pandemia de coronavirus. A pesar de la guerra que espolvorea el Mar Negro, mata, destruye y obliga a muchos a abandonar su hogar para refugiarse en lugar seguro.

Sólo el año pasado (2021) hubo un milagro.

Un milagro que muchos incrédulos se negaron a aceptar; El producto interno bruto de México creció en 5% anual.

Notición del INEGI.

Pero con el inicio del año de la guerra, 2022, el enanismo volvió a presentarse en esta economía que aún no acaba de ser espantosamente desigual.

Y notición el 5% porque, en la más reciente década, la economía apenas crecía un poquito por encima del 2 por ciento. Y ese dos por ciento sólo daba para unos cuantos. Las mayorías, inmensas mayorías, sobrevivían del milagro de la guadalupana.

Ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ufana en proclamar que la economía va muy bien porque el peso no se ha ni devaluado ni sobrevalorado, sino que se ha mantenido, hasta ahora, en un equilibrio tranquilizante, como cuando te tomas un cuartito de clonazepam y no te pierdes en los laberintos de la imaginación, sino que duermes plácidamente hasta que te despierta la alarma por la madrugada.

Pero la economía mexicana no ha sobrepasado el 3 por ciento. A veces queremos que sea el 8 por ciento, como cuando don Antonio Ortiz Mena aplicaba a la economía aquel Desarrollo Estabilizador. (Que tampoco resolvía la desigualdad.)

Pero la verdad es que, para como están las cosas en el mundo, no está nada mal un 2.8 por ciento de crecimiento anual.

En esos porcentajes ha crecido la economía del vecino del norte y la economía mundial. Y no es que el mal de muchos sea consuelo de tontos. No. Es que el crecimiento de México está uncido al de la economía de Estados Unidos, sin la cual la economía mexicana no podría sobrevivir, ni los aficionados al fútbol americano podrían comer aguacates, o atún fresquecito del Océano Pacífico, ahora que los pescadores mexicanos ya han aprendido a salvarle la vida a los curiosos delfines, que se aventuran a visitar las redes donde queda atrapado el atún.

Difícil, por el momento, que la economía mexicana crezca a mayores porcentajes. La guerra que injustamente libra Rusia contra el régimen cuasi fascista de Zelensky le ha empezado a pegar a la economía mexicana por el lado de los petroprecios.

Y los que más sufren son aquellos agentes económicos que usan combustibles oleos para todo. La gasolina creo que ya rebasó los 30 pesos mexicanos por litro. A la mayoría de la clase media que tiene su cochecito, le adelgaza la cartera. Hay que mezclar con agua la leche Nam del bebé para que alcance.

Pero no se preocupe, La economía mexicana, gracias a la virgencita de Guadalupe, resistirá los coletazos de la pandemia y de la guerra. (¿Será que coletazos? ¿No nos estará engañando? Vamos a pensar, a creer inclusive, que no nos engaña, porque el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), para febrero, fue calculado en 2.8%. Casi 3. Dejémoslo en 3.

Para febrero de 2022 y a tasa anual, el Indicador IOAE anticipa un aumento del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de 2.8%. Tan mediocre como en los tiempos del neoliberalismo fanfarrón, cuando las mujeres del Presidente de la República viajaban a Nueva York o a París a comprarse la lencería. Y cenaban en el Pie de Cochon.

Mediocre el crecimiento de este año, el año 3 de la Dinastía Tabasqueña. La variación anual esperada de las Actividades Secundarias en febrero de 2022 es de 3.5% y de las Terciarias es de 1.6%. (Luego les explico a quienes no tienen la obligación de saberlo eso de las actividades secundarias…°)

Así, el pasado febrero, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) estimó una variación, a tasa anual, del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de 2.8%.

Las series consideradas presentan sus respectivos intervalos de confianza a 95%.

Para los Grandes Sectores de Actividad del IGAE se calcula un incremento anual de 3.5% en las Actividades Secundarias y de 1.6% en el Sector Terciario. Las estimaciones se refieren a cifras desestacionalizadas.

° (Actividades Económicas Secundarias. Son aquellas que se dedican a la industria, que transforman los recursos del sector primario. Algunos ejemplos de actividades secundarias son: la industria manufacturera, construcción, servicios básicos como el suministro de electricidad, agua, gas, etc.)

Related Posts